6 mayo 2022 1004 palabras, 5 min. read

¿Resistirá el consume responsable frente a la inflación? [Análisis]

Por Pierre-Nicolas Schwab Doctor en marketing, director de IntoTheMinds
En una encuesta reciente, el consumo responsable, especialmente el reciclaje, parece ser una tendencia fundamental. El 74% de los consumidores dicen comprar productos responsables al menos ocasionalmente, ¿pero cómo evolucionará búsqueda de responsabilidad frente a la inflación y el empobrecimiento […]

En una encuesta reciente, el consumo responsable, especialmente el reciclaje, parece ser una tendencia fundamental. El 74% de los consumidores dicen comprar productos responsables al menos ocasionalmente, ¿pero cómo evolucionará búsqueda de responsabilidad frente a la inflación y el empobrecimiento resultante? Este artículo analiza las aspiraciones de los consumidores a la luz de la situación económica actual y futura.

Los datos del consumo responsable

  • El 74% de los consumidores compran ocasionalmente un producto de una marca responsable.
  • El 26% de los consumidores compran regularmente un producto de una marca responsable.
  • El 78% de los consumidores se ven influenciados por el origen local y las cadenas de suministro cortas.
  • La posibilidad de reparación y la vida útil de los productos es el criterio número uno de elección para el 78% de los consumidores, a la par que el origen nacional de los productos.
  • Solo el 47% de los consumidores dicen verse fuertemente (41%) o muy fuertemente (6%) influenciados por la naturaleza responsable o comprometida de las marcas.
  • El 55% de los encuestados consideran la fruta y la verdura como los productos más responsables que consumen.
  • Dentro de los productos no alimenticios, la energía es la principal prioridad, pero solo para el 29% de los encuestados.

El deseo de una cadena corta y local

Durante el Covid, vimos que los consumidores favorecen las cadenas de suministro cortas y la comida orgánica. Pero no duró mucho y el balance orgánico de 2021 fue relativamente pobre, siguiendo la línea que predijimos en 2020.

Aun así, con la guerra en Ucrania podemos esperar que las cadenas de suministros cortas vuelvan a ganar terreno. En efecto, los reflejos de protección han vuelto, alimentados por el medio a la escasez. Asegurar la demanda local se convertirá así en una prioridad para muchos países. También sabemos que la política de agricultura estándar debería revisarse para permitir un aumento de la producción, algo que debería dar un empujón considerable al consumo local.

Los consumidores también esperan la llegada de esta oferta; el 78% de ellos dicen verse influenciados por el origen local y las cadenas de suministro cortas a la hora de decidirse.


Consumo responsable frente a la guerra y la inflación

El 49% de los consumidores tienen la sensación de haber consumido de manera más responsable en los últimos 6 meses, un resultado 17 puntos por debajo del de 2020. Por supuesto, la escasez durante la crisis del Covid en 2020 empujó a los consumidores hacia los productores locales, pero la importante bajada detectada en marzo de 2020 no puede explicarse exclusivamente con un cambio prolongado en el comportamiento.

Es un hecho que los consumidores, en tiempos de inflación y recesión, tienen que llevar a cabo cambios, y es una verdad aun mayor ya que la disposición de los consumidores de pagar por productos más caros es limitada. Solo el 53% de los encuestados franceses dicen estar dispuestos a pagar un poco (48%) o mucho (5%) más por productos responsables. Llevada a cabo en marzo de 2022, esta encuesta ya nos muestra la ambivalencia del consumidor; quiere consumir de manera más responsable pero sin que eso le cueste más. Estas buenas intenciones no deberían resistir el aumento en los precios de la alimentación (entre un 2,9% y un 3,1% según los productos en Bélgica, y un 3,4% en Francia). Enfrentados a estos aumentos, los consumidores elegirán los productos más baratos que son, automáticamente, también menos responsables.


Productos reparables: la principal prioridad

Además del origen nacional de un producto sostenible, el criterio de que pueda repararse también aparece en el primer puesto entre los factores que llevan a decidirse para el 78% de los consumidores. Este resultado es significativo ya que indica una tendencia básica y una dirección a seguir para todos los productores de equipos sostenibles (smartphones, televisiones, electrodomésticos).

La era de los productos «deseables» se acaba

Los consumidores, cuyo poder de adquisición se verá reducido de manera importante en los próximos años, ya no podrán apoyar en un nivel financiero a una sociedad consumista que los obliga a tirar las cosas en lugar de repararlas. Esta opción, que antes parecía la más interesante debido a los bajos costes de fabricación y transporte, ya no es relevante; el transporte desde China se ha vuelto 6 veces más caro que en 2019, y el suministro no se produce debido a los cierres de fábricas en China y a la falta de componentes. Esto lleva a que la oferta más viable económicamente sea la de la reparación.

Upcycling y reciclaje: el futuro del consumo

En este artículo analizamos algunas iniciativas interesantes relacionadas con el reciclaje y el upcycling. Dichas iniciativas están destinadas a multiplicarse y extenderse por todos los sectores con actividad. La crisis de la inflación que ha golpeado al planeta quizás sea una bendición al poner fin a una época de consumismo excesivo, ya que cualquiera empresa que quiera asegurar su futuro no podrá ignorar esta tendencia. A partir de ahora será imprescindible diseñar productos que puedan repararse y que integren la mayor proporción posible de materiales reciclados.


Conclusión

La investigación de mercado francesa muestra claramente un potente deseo de consumir con más responsabilidad. Los consumidores prestan atención a muchas señales, pero su poder adquisitivo pone a prueba su fuerza de voluntad.

La posibilidad de reparar y los diseños ecológicos serán sin duda un criterio de éxito en los próximos años. Ya no será concebible que a una empresa no le importen estos aspectos, ya que se convertirán, gracias a las faltas de suministro y a la inflación, en factores de éxito clave en un mundo que empieza a desglobalizarse. La situación actual anuncia una renuncia de esas buenas intenciones y una mayor atención hacia la durabilidad de los productos.



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