27 septiembre 2023 1338 palabras, 6 min. read

Las 3 razones que empujan a nuestra sociedad hacia la descivilización

Por Pierre-Nicolas Schwab Doctor en marketing, director de IntoTheMinds
Muchas personas sienten que nuestras sociedades están en proceso de descivilización, es decir, que sus reglas operativas están fallando, algo que se refleja en un aumento de la violencia y los actos incívicos. ¿Pero es verdad? En este artículo descubrirás algunos datos edificantes y aprenderás más sobre las 3 causas de esta descivilización..

El mundo nunca había estado tan polarizado ni sido tan violento. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estamos en la senda hacia la «descivilización» en occidente? El análisis es complejo, ya que los indicadores objetivos de la violencia son contradictorias y hay múltiples razones. En este artículo desarrollo la idea de una sociedad que ha pasado de un modo relacional a uno transaccional, influida por la materialidad de las redes sociales.

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Estadísticas sobre violencia común (Francia , 2000-2021)

  • +96,2%: aumento en el número de crímenes contra animales
  • +582%: aumento de la violencia, el maltrato infantil y el abandono escolar
  • +20,9%: aumento en la ira contra agentes de la ley
  • +142,7%: aumento de la violencia contra agentes de la ley
  • 1,2%: descenso en incendios provocados contra la propiedad privada
  • +21,6%: aumento de incendios en la propiedad pública
  • +68,8%: aumento en la tenencia o posesión de armas prohibidas
  • 212,1%: aumento en intentos de homicidio
  • -7,5%: descenso de homicidios

Los homicidios disminuyen en todas partes… excepto en Estados Unidos

En la escala de la violencia, el homicidio es sin duda lo peor. Contrario al sentimiento popular, este indicador de violencia lleva siendo constante desde hace décadas. En Francia, por ejemplo, un país donde la posesión de armas de fuego está estrictamente controlada, los homicidios cayeron en un 7,5% entre los años 2000 y 2021. Pasaron de algo menos de 1.000 en 2000 a 878 en 2021.


síntoma de descivilización

Violencia cotidiana, un síntoma de descivilización

La descivilización se siente con más fuerza a través de los actos incívicos diarios. Estos incluyen gestos o actitudes agresivas en situaciones cotidianas. Todo intercambio puede degenerar ya sea en un restaurante, tienda, o supermercado. Incluso aquellos cuya vocación es ayudar a los demás (farmacéuticos, profesionales médicos, profesores) se encuentran en la línea de fuego de esta violencia cotidiana.

Siguiendo con el ejemplo francés, los datos de diversas organizaciones profesionales son indisputables:

  • El 3,7% de los alcaldes franceses han dimitido
  • Las denuncias de violencia contra representativos electos han aumentado en un 32% en un año
  • En los hospitales, la violencia ha aumentado en un 23% en 2022

También resulta interesante destacar que esta sensación de descivilización no es nueva; en un artículo publicado en la revista Nature, los investigadores mostraban que la percepción de una decadencia moral no es nueva, ni tampoco es una percepción exclusiva de la «tercera edad». Los jóvenes lo perciben de manera parecida, e incluso con más fuerza cuando más largo era el periodo de observación.

Echemos un vistazo a los hechos que nos han guiado, en 2023, a hablar de descivilización.


causas de la descivilización

Las 3 causas de la descivilización

Me vi muy influenciado por la lectura «L’archipel français», obra del sociólogo Jérôme Fourquet. En ella describe una sociedad en proceso de fragmentación. Dicha fragmentación es la fuerza conductora detrás de la descivilización de la que estamos siendo testigos. En una entrevista reciente, explica los mecanismos involucrados.

Heterogeneidad culturar

Siguiendo el trabajo de Norbert Elias, las normas de la civilización y el respeto son más difíciles de aplicar en un entorno heterogéneo. En otras palabras, las políticas de inmigración no asimilativas son caldo de cultivo para los actos incívicos. Son un síntoma de una fragmentación cultural alimentada por una falta de cohesión educativa.

Pérdida de puntos de referencia educativos

Jérôme Fourquet habla de la degeneración de la «internalización de los mecanismos de autocontrol». La culpa yace en la crianza deficiente de familias rotas (separaciones, padres solteros) donde los valores y la gestión de la frustración ya no se enseñan. Las instituciones como las escuelas y las iglesias también han tomado un papel secundario en la educación mortal. Sin estos marcos de referencia, algunos jóvenes crecen sin saber cómo lidiar con su frustración (puedes ver mi opinión sobre el papel de las redes sociales a continuación).

Capacidades lingüísticas

El último argumento de Jérôme Fourquet es más inesperado, pero igual de relevante. Una capacidad lingüística pobre para verbalizar sus frustraciones y, como resultado, esas frustraciones son más fáciles de expresar a través de la violencia.

A estas 3 causas bien establecidas, añado una cuarta: las redes sociales.


Facebook, la primera red social, nació del deseo de conectar individuos. Las redes sociales de 2023 giran ahora en torno a comparar unos con otros.



decivilization redes sociales

El papel de las redes sociales: de sociedad relacional a sociedad transaccional

Las redes sociales han traído la información instantánea, pero ese es el único punto positivo que veo en ellas. En cuanto al resto, han sido una molestia. No solo han permitido la creación de cámaras de eco que refuerzan la polarización de opiniones, sino que sus algoritmos de recomendación han llevado a la fragmentación de nuestra capacidad para concentrarnos y de nuestra atención. Por ejemplo, una encuesta reciente mostró que más del 50% de los usuarios de TikTok consideran «estresantes» los vídeos que duran más de un minuto.

Las redes sociales son directamente responsables del aislamiento de individuos que ven en el hilo continuo de sus recomendaciones una manera de liberarse de las relaciones físicas que son el crisol de cualquier sociedad. Un senador californiano no andaba errado en su intento por prohibir las recomendaciones infinitas.

Facebook, la primera de las redes sociales, nació del deseo de conectar a individuos. Las redes sociales de 2023 solo buscan comparar unos con otros, y este mecanismo de comparación borra lentamente el aspecto relacional para dejar paso a una mecánica transaccional.

Al promover el materialismo, las redes sociales llevan a los individuos a compararse entre ellos y a desarrollar sentimientos de envidia y celos. No hace falta llegar al extremo de los suicidios de adolescentes acomplejados por las imágenes que ven en las redes sociales; solo hace falta comprender el impacto sobre la sociedad del consumidor. Por ejemplo, la reciente explosión en el mercado de los relojes de lujo está conectado directamente con la creación de una burbuja especulativa en Instagram. YouTube también ha visto una explosión en vídeos sobre vendedores de relojes de lujo que muestran sus actividades diarias.

Este mecanismo constante de comparación solo puede llevar a la frustración, a la envidia… y a la violencia. Para aquellos que tienen muy poco, ¿cómo pueden lidiar con la frustración generada por la exposición a objetos y marcas que aparecen en las redes sociales? Durante los recientes disturbios en Francia, los alborotadores sabían lo que buscaban, y salían de las tiendas asaltadas con productos «de marca». Las tiendas de productos deportivos fueron las segundas tiendas más asaltadas.


conclusión decivilization

En conclusión

La descivilización no es un fenómeno instantáneo, sino una evolución lenta a lo largo de varias generaciones, y se ve afectada por factores culturales, socioeconómicos, y tecnológicos.

Vivimos en una época en la que todo un sector de la población ha perdido el rumbo. Abandonada pero expuesta a la riqueza de los más pudientes, están desarrollando un resentimiento que se expresa en las urnas (populismo de la izquierda y la derecha) y en la violencia diaria. Una de las fuerzas impulsoras de estas frustraciones son las redes sociales. Todo el mundo tiene acceso a ellas, malgasta el tiempo en ellas, y puede ver cómo se presume de riquezas (falsas o reales) por parte de personas necesitadas de atención. Por desgracia, sentirse atraído hacia lo sensacionalista forma parte de la naturaleza humana, y el mecanismo de recompensa de las redes sociales (los «me gusta») animan esa carrera hacia el sensacionalismo. Es natural que estas frustraciones y la violencia que generan se perpetúen a sí mismas.



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